jueves, agosto 04, 2011
Si se habla de Japón se tiene que hablar de Bonsai. Ese arte o disciplina que convierte plantas en incluso arboles en pequeñas obras de arte vivas.
La palabra Bonsai se puede traducir literalmente en dos palabras japonesas Bon – Bandeja y Sai – Naturaleza. Aunque realmente viene del chino, siendo al final otro significado, pero en el fondo es básicamente lo mismo.
Este arte milenario surgió en China hace ya 2000 años, siendo los monjes Taoistas los primeros en cultivar árboles y plantas reduciendo su tamaño gracias a varias técnicas como la poda, el alambrado, el trasplante y algunas cosas más.
Estos pequeños árboles se pueden clasificar tanto por estilo como por tamaño. Claro está que el tamaño vendrá dado por centímetros y no metros (recordemos que es el bonsai tiene que ser un espejo de la realidad pero en pequeño). En cuanto al estilo podemos encontrarnos con posiciones verticales formales e informales (Chokkan y Moyogui respectivamente), el inclinado, la cascada o la semicascada (Shakan, Kengai y Han Kengai), y por último los estilo más llamativos y complicados donde podremos encontrarnos con el llamado ”Barrido por el viento”, las raíces expuestas y la simulación de la caligrafía tradicional gracias a la modificación de las ramas del bonsai (Fukinagashi, Neagari y Bunjin).
Si antiguamente este arte fue un recinto cerrados de los nobles chinos y japoneses, hoy día el bonsai se acerca a las personas de todo credo y condición.
